¿Cada cuánto tengo que limpiar mi refrigeradora? Las claves para mantener en buen estado
La higiene de la nevera es fundamental para mantener las condiciones naturales de los alimentos tanto en el apartado del sabor como en el apartado de su salubridad. Después de todo, la suciedad acumulada se puede convertir en el caldo de cultivo idóneo para determinados microorganismos. La pregunta clave es: ¿con qué frecuencia debemos realizar una limpieza profunda del frigorífico? Según aseguran desde Business Insider, basándose en informaciones del portal especializado Taste of Home, «la limpieza profunda del frigorífico se debe llevar a cabo al menos una vez cada dos meses» para mantenerla en buen estado.
Sin embargo, esto no implica que debamos olvidarnos de la limpieza superficial de la nevera durante meses. Tal y como apuntan desde dicho portal experto, las puertas son componentes de la nevera muy sensibles, ya que el contacto constante de nuestras manos traslada gérmenes a las mismas, por lo que «se deben limpiar como poco cada dos días». Las baldas y los cajones, donde se encuentran los alimentos, deberán limpiarse al menos una vez a la semana. Es el momento, además, de inspeccionar los alimentos para detectar posibles alimentos en mal estado que contaminen de micotoxinas al resto de alimentos de la balda o cajón.
Por último, encontramos los sellos de goma localizados en las propias puertas que, aunque acumulan poco a poco suciedad procedente de los alimentos, «no es necesario limpiarlos de forma diaria», sino que basta con esperar hasta la limpieza profunda bimensual. Dicho esto, lo cierto es que la frecuencia de la limpieza no es el único factor determinante: también importa la calidad de la limpieza. Para descubrir cómo hacerla de manera precisa acudimos detallamos una rutina de limpieza e higiene fundamentada en diez pasos, el primero de los cuales consiste en vaciar el frigorífico.
Esto debemos realizar con cuidado ya que algunos alimentos congelados pueden deteriorarse, sobre todo si la temperatura ambiente es muy elevada, como en algunas regiones en verano. El truco consiste en «colocar la carne y los productos lácteos en una bolsa fría con hielos». Una vez retirados los alimentos también habrá que sacar los estantes y los cajones. Así podremos llevar a cabo el tercer paso: la limpieza del interior de la nevera mediante soluciones profesionales o mediante una combinación de vinagre destilado y agua. Para una higienización completa deberemos limpiar asimismo el agujero de drenaje del frigorífico.
Con la estructura interna de la nevera limpia, es hora de concentrar el esfuerzo en los cajones y los estantes, los pasos número cinco y número seis. Es importante usar un cepillo para eliminar las manchas más sólidas, el cual resulta muy útil también para limpiar los sellos. En octavo lugar, es importante limpiar los compartimentos del congelador, previo derretimiento de la capa de nieve. Y el uso de una espátula puede ayudar a eliminar las capas más espesas. Para acabar, dicen los especialistas, queda dejar que el frigorífico se enfríe, reponer los alimentos y limpiar su exterior debidamente.
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